Crítica de Historias de Miedo para Contar en la Oscuridad, producida por Guillermo del Toro
ANÁLISIS
Crítica de Historias de Miedo para Contar en la Oscuridad, la película de terror producida por Guillermo del Toro y basada en la serie de novelas infantiles homónima. Está dirigida por André Øvredal (Trollhunter, La Autopsia de Jane Doe) y protagonizado por Zoe Colletti, Michael Garza, Gabriel Rush y Austin Abrams.
Historias de Miedo para Contar en la Oscuridad es una novela publicada en 1981 que recoge una serie de relatos cortos de terror para niños, obra del escritor Alvin Schwartz. Como os estaréis imaginando, el hecho de estar dirigido a un público infantil hizo que gozase de una enorme popularidad, y unido a las ilustraciones que las acompañaban realizadas por el artista Stephen Gammell, aterrorizaron a toda una generación.
Así que no es de extrañar que Guillermo del Toro, reputado director conocido por su devoción por el terror, decidiese producir esta cinta -también llamada Historias de Miedo para Contar en la Oscuridad en nuestro país- que firma André Øvredal, director de Trollhunter y La Autopsia de Jane Doe.
Pero cuando vayas mañana al cine no esperéis ver una serie de relatos inconexos, unidos únicamente por su temática terrorífica. En su lugar, nos encontramos con un guión que hila ingeniosamente algunos de los más populares del libro original a través de una historia de aventuras juveniles. «¿Pero da miedo o no da miedo?» Os estaréis preguntando muchos de vosotros. La respuesta, en nuestra crítica de Historias de Miedo para contar en la Oscuridad.
Cuando la realidad supera a la ficción
La historia nos lleva a un pequeño pueblo de la América rural, a finales de los años 60, donde el grupo formado por Stella (Zoe Colletti), Chuck (Austin Zajur) y Auggie (Gabriel Rush) está celebrando la noche de Halloween. Una broma contra Tommy (Austin Abrams) y su grupo de matones se va de las manos, y el trío se ve obligado a emprender la huida, no sin antes entablar amistad con el misterioso Ramón (Michael Garza). La huida termina en la mansión abandonada del pueblo, donde acaban despertando por error al espíritu vengativo de una joven que murió en extrañas circunstancias, y cuyo pasatiempo era contar historias para asustar a los niños.
Como ves, el argumento no brilla precisamente por su originalidad. De hecho, ese es quizás el mayor problema de Historias de Miedo para Contar en la Oscuridad: no hace nada para desmarcarse y sigue a pie firme el tan trillado «manual de película de terror estándar». Lo interesante viene cuando entran en juego las historias: el espíritu tiene el poder de convertir en realidad todo lo que escribe en un misterioso libro, poder que utiliza para atormentar a los protagonistas «insertándolos» en historias terroríficas. Historias que, como ya habréis adivinado, son los relatos de la novela original (aunque también se cuela alguno perteneciente a sus secuelas).
De esta forma saltamos de un relato a otro, visitando algunos de los más emblemáticos, mientras el grupo trata de descubrir el misterio antes de que sea demasiado tarde. Esta división marcada por distintas situaciones que afectan a los protagonistas es reminiscente de Destino Final (y sus secuelas) y se caracteriza por la agilidad de la narración, logrando una película con muy buen ritmo y siempre entretenida, pese a la ausencia de sorpresas.
Pero si hay que citar un ejemplo comparable (y reciente), Historias de Miedo para Contar en la Oscuridad nos ha recordado a la It de 2017 por mezclar con acierto partes terroríficas con otras más ligeras en las que predomina la sensación de aventura, logrando un contraste de lo más interesante. Desgraciadamente, las partes de terror se apoyan excesivamente en los sustos fáciles.
Así que no esperes sentir un miedo real viendo Historias de Miedo de Miedo para Contar en la Oscuridad… Lo que no quita que los sustos, pese a su gratuidad, estén bien escogidos y logren hacernos botar en la butaca. Hay además un par de situaciones bastante grotescas que te harán estremecer e incluso apartar la mirada de la pantalla.
Aunque aquí gran parte de la «culpa» la tienen los magníficos diseños de las criaturas que protagonizan cada historia, una recreación exacta de las aterradoras ilustraciones de los libros. También debemos destacar el magnífico trabajo de caracterización y efectos especiales, con el polifacético Javier Botet (REC, Mamá, The Conjuring 2 y un largo etcétera) volviendo a hacer un trabajo ejemplar. Es de las pocas películas recientes con monstruo(s) de las que podemos decir que el CGI no canta. Lo único que podemos achacar en ese aspecto es que en muchas de las escenas que tienen lugar de noche o en zonas oscuras (que no son pocas), resulta difícil distinguir lo que sucede.
También nos ha parecido detectar un par de guiños y referencias visuales a videojuegos, concretamente a la saga de terror psicológico Silent Hill. Puede que nos equivoquemos, pero estando Guillermo del Toro en el ajo (quien, recordemos, iba a encargarse del cancelado Silent Hills junto a Hideo Kojima), no nos extrañaría lo más mínimo. La escena con la mujer en el pasillo rojo es un calco del magnífico y desaparecido P.T.
En definitiva: como película de terror Historias de Miedo para Contar en la Oscuridades simplemente correcta, pero resulta tan entretenida que cuesta no recomendarla, seáis aficionados o no al género.